Hoy regrese a vivir esa desolación interna como cuando me hace falta los regazos de la familia, el manotazo de cofianza de los amigos, aquella confianza que se pierde de cuando en cuando, extrañe ese cielo melancólico que me regresa implícitamente a ese mundo minero.
Ahora el Cerro crece verticalmente, sube a los cerros, alla donde lo empuja la necesidad minera.
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